Juan Carlos García nos narra una historia apasionante y cautivadora con un enfoque audaz, donde hay lugar para el amor, la amistad, la lealtad
Fines de la década de los sesenta. Época del hippismo que se manifiesta en contra de la guerra con su famoso lema: “Haz el amor, y no la guerra”. Dos hermanas, Selena y Margot, deciden cumplir su sueño: ir al Festival de Woodstock en su autocaravana pintada con símbolos hippies y con colores estridentes para ver a sus amados ídolos del rock and roll, como toda groupie que se precie. Una camiseta lanzada por Evans Lowens —cantante de la banda Arriors Bate— a Selena a modo de suvenir al finalizar el concierto será el pasaporte para ambas hermanas se enrolen en ese mundo de bandas, plagado de sexo, droga, negocios, conciertos, donde se juega a todo o nada: triunfar o perder, con todo lo que ello conlleva.
Así arranca un libro que, como decimos, no puede faltar en la biblioteca de todo amante del rock que se precie. Juan Carlos García nos narra una historia apasionante y cautivadora con un enfoque audaz, donde hay lugar para el amor, la amistad, la lealtad, valores que siempre se llevan el primer puesto de la lista. ‘La groupie: sexo, drogas y rock and roll’ ya está disponible para su compra pinchando aquí.
El autor leonés nos lleva de viaje hasta el primer y legendario Festival de Woodstock, punto neurálgico de gestación de la revolución juvenil que tiene trascendencia en la actualidad, ya que fue el origen de lo que hoy consideramos como modernidad. No os perdáis la oportunidad de descubrir una historia que no os dejará indiferentes.
Más sobre ‘La groupie: sexo, drogas y rock and roll’
“Evans, el alma del grupo Arriors Bate, considerado por sus fans un dios entre los mortales, arrojó su camiseta sudada desde el escenario, que cayó sobre la cabeza de Selena. Aun así, ella tuvo que luchar contra todas y contra todo para conseguirla. Un ojo un poco hinchado y unas magulladuras de menor importancia, le habían enfurecido tanto, que por un momento solo odiaba. Odiaba a esas enloquecidas fans de Evans Lowen, quién para ella era un monstruo de la música rock…”.