Hemos hablado con la sexóloga Sonia Encinas sobre la relación entre el número de veces que practicas sexo y la salud de la relación de pareja.
El paso de los años, el aumento de las responsabilidades, el hecho de tener una pareja estable y duradera y el estrés puede hacer que se espacien las relaciones sexuales. Este hecho preocupa a muchas personas, que llegan a pensar que si no sienten las mismas ganas de practicar sexo que antes, puede ser un signo de que existe un problema en su relación. Hemos querido hablar con la sexóloga Sonia Encinas, autora de los libros Sexo Afectivo: Todo lo que necesitas saber para disfrutar de un sexo consciente desde el primer día y Feminidad Salvaje: Manifiesto de una sexualidad propia, para aclarar este punto: ¿si ya no me interesa tanto el sexo como antes significa que tengo un problema con mi pareja?
«¿Qué significa tener menos deseo?», nos contrapregunta Sonia. «¿Con qué lo comparamos? Porque es habitual patologizar un ritmo sexual que, per se, no acarrea mayor malestar que el hecho de que no encaja con el ritmo de una pareja«, continúa. A lo mejor le damos demasiada importancia al número de relaciones que mantenemos por semana cuando en realidad no hay una meta que alcanzar. No quieres menos a tu pareja ni eres un ser menos sexual por practicar sexo menos veces que tu amiga, puesto que las situaciones de cada persona son únicas. «Que a veces te dé pereza tener sexo con tu pareja también es normal. La pereza es humana. Y no siempre tiene que apetecerte el sexo ni el sexo con tu pareja», nos tranquiliza.
Pero, ¿y si sientes que no te interesa el sexo con tu pareja pero te excitas con otras personas? ¿Eso sí puede considerarse un problema en tu relación? En este sentido, Sonia Encinas aconseja diferenciar entre excitación y deseo, factores que forman parte de la respuesta sexual humana y que no debemos ni controlar ni restringir. «No sólo es normal sentir deseo por otras personas, sino que es saludable«, nos tranquiliza la sexóloga. «Excitarnos es algo que no controlamos, pero sí lo que hacemos con esa excitación. Es una respuesta ante un estímulo que entendemos como erótico. Yo luego decido qué hacer cuando me excito: Puedo no hacer nada, puedo masturbarme, puedo tener sexo con otra persona si lo desea también», continúa.
Por qué sentimos menos deseo
«Las causas de la disminución de la libido pueden ser múltiples, porque el deseo es multifactorial. Solemos decir en sexología que la sexualidad es bio-psico-social. Y esto aplica también al deseo. En este sentido, la libido puede disminuir por una cuestión química/fisiológica, por ejemplo, por cambios hormonales. También por cuestiones como el estrés, la carga mental, atravesar un duelo, etc. O por cuestiones sociales como la precariedad laboral y sus consecuencias, el cansancio, la presencia de muchos mitos y creencias limitantes acerca de la sexualidad, estar en una relación no corresponsable, etc.», nos dice la experta.
Sólo tú puedes saber si esa disminución de la libido te supone un problema a ti o a tu pareja, puesto que quizá la otra parte sienta más deseo que tú. Pero ante esto, Sonia Encinas nos advierte: «Si las ganas de sexo que hay en la pareja generan malestar, es importante ir a terapia sexual en pareja también. No hay que poner el foco de atención en quien tiene menos ganas, porque no siempre está allí la mayor dificultad. A veces la mayor dificultad está en la persona que tiene más ganas».
No siempre es posible llegar a un punto medio entre el deseo de ambas partes de la pareja, hecho que hay que aceptar y decidir qué hacer con ello. «Esto también se ve en terapia sexual y de pareja. Muchas veces, podemos hacer un trabajo para potenciar la erótica, pero eso no implica aumentar la frecuencia de sexo necesariamente», nos dice la sexóloga.
Eso sí, si hay algo que hemos sacado en claro de esta conversación con Sonia Encinas y que queremos remarcar para olvidarnos de culpas y obligaciones sexuales, es que: «Tenemos que erradicar esa mirada cuantitativa y centrarnos más en lo cualitativo que nos aporta el sexo».