Sexo vainilla: dos expertas responden a todas las dudas

El sexo vainilla es un término que se refiere a las prácticas sexuales más convencionales o heteronormativas. Su significado es bastante curioso; en el momento en el que se acuñó, las prácticas a las que se referiría serían aún más tradicionales que a las que ahora alude. Es probable que el sexo vainilla de ahora, fuera el sexo “pistacho” de la época. ¿Y por qué tanto juego con los sabores de los helados? Pues bien, uno de los posibles orígenes de esta expresión se sitúa al final de los años 80, cuando un activista del BDSM explicaba que el sexo vainilla es como aquel cliente que va a una heladería artesanal italiana, y teniendo un sinfín de sabores y texturas para probar, decide pedir el helado de vainilla e irse.

Beatriz Molina

Si le damos una vuelta a esta definición, es una manera muy inteligente por parte de la subcultura kink de hacer sentir “aburridos” o “poco interesantes” a lo que hasta ahora se consideraba correcto, apropiándose de su sexualidad que durante tanto tiempo ha sido estigmatizada o tachada de enferma. Recordemos que el sexo kink es aquel que se sale de la norma (y la norma es solo aquello que, supuestamente, se repite más). Que algo se encuentre fuera de la norma, no quiere decir que no sea normal. El sexo en el que se domina, se juega con el dolor, o se humilla, es muy normal, otra cosa es que se vea menos.

Por lo tanto, algunas de las prácticas vainilla serían practicar el misionero, ir directxs a la penetración sin otros tipos de estimulaciones, de manera mecánica, y que acaba después de un orgasmo. Hoy por hoy, me atrevería a decir que el sexo oral también es vainilla, ¿se podría considerar vainilla en los 80 en el seno de un matrimonio convencional practicarse sexo oral?

Los tiempos cambian lo que es “normal” y lo que no. Para practicar sexo vainilla no hay que hacer nada más que reproducir lo que el legado cultural nos ha transmitido. Hacer lo que siempre se ha hecho. Incluso ahora que estamos completamente permeabilizados por el porno, gran parte de lo que ahí se ejecuta tiene que ver con un deseo masculino poco desarrollado y centrado en su propio placer. El sexo vainilla es más que una serie de prácticas, podría ser un paradigma, una manera de acercarse al sexo donde las normas de lo que se puede hacer y de lo que no, están bastante establecidas.

Qué dicen las expertas

La psicóloga y sexóloga de cabecera de Diversual, Lucía Jiménez y Mónica Chang, directora global de Marketing de iroha nos resuelven todas las dudas acerca de esta cuestión.

¿El sexo vainilla es lo más adecuado para personas que están empezando a tener sus primeras relaciones sexuales? 

Responde Lucía Jiménez: Una de las cosas que más me fascinan de la sexualidad es que aún en ausencia de referencias claras sobre lo que es una relación sexual “tipo” (porque más allá del porno, no solemos ver a gente practicando sexo en su entorno natural) parece que todxs tenemos muy claro lo que tenemos que hacer. Unos besitos por aquí, unas caricias por allá, meter mano, quitarse los pantalones, masturbar los genitales y a penetrar se ha dicho. ¿Es más adecuado el sexo vainilla? El sexo vainilla es, simplemente, lo de siempre. Es a lo que la mayoría de personas tenderemos de manera espontánea. Si llegásemos al sexo sin una contaminación cultural tan bizarra y tan sigilosa, tal vez empezaríamos por chuparle los dedos de los pies a la otra persona, y a lo mejor descubriríamos algo de nosotrxs mismxs.

¿Es aburrido el sexo vainilla?

Lucía Jiménez explica: “Durante el grado en psicología tuve un profesor que se servía del cine para darnos el temario; José Angel Medina. Una vez nos planteó una reflexión con la que me quedé, y que me ayudó a entender muchos momentos vitales. Medina nos decía: en una película o en una serie, solo se ven los momentos más significativos, los más emocionantes o importantes. No te muestran cómo el protagonista va al baño, coge el transporte público cada día para ir a los sitios, o se aburre cuando no tiene que hacer nada. Sin embargo, son esos momentos los que componen las vidas de un individuo.

Estamxs acostumbradxs a contar lo poco cotidiano, lo extraordinario, a verlo representado en todas partes, porque lo repetitivo puede perder un poco de interés narrativo. Pero son esos besos, esas caricias sencillas, esos momentos que tampoco tienen nada de especial, pero que en sí mismos, tienen valor, los que conforman las relaciones sexuales. Sería igual de aburrido ir todos los días al parque de atracciones. La crítica al sexo vainilla, si se da, creo que debería enfocarse desde el punto de vista de no permitirse ir más allá por miedo, que por el hecho de que sea aburrido. La sencillez puede ser muy interesante si se profundiza en ella”.

Para Chang de  Iroha el buen sexo es, “por supuesto, subjetivo y diferente para cada persona. Sin embargo, el sexo puede considerarse aburrido si no haces cosas que te exciten a ti o a tu pareja. No es necesario practicar sexo salvaje, arriesgado o explosivo para tener una buena vida sexual, pero es justo decir que la repetición puede resultar aburrida y que, como humanos, ansiamos la novedad. Una vez más, la comunicación es la clave. Asegúrate de que tu pareja está dispuesta a probar algo nuevo y que no se siente presionada. Esto puede incluir algo tan sencillo como probar una nueva postura, introducir un juguete sexual o cambiar el lugar donde soléis practicar sexo”.

¿Puede ser el sexo vainilla el final de la pasión en una pareja?

“El final de la pasión en una pareja puede ser la pérdida de interés por descubrir las formas en las que la expresión de la sexualidad individual y compartida, muta. Seguir haciendo lo mismo que hacías hace 10 años sin preguntarte si es lo que sigues deseando/disfrutando/necesitando, es dejar morir el sexo. Porque todo lo que está vivo, cambia, pudiendo evolucionar hacia lugares desconocidos hasta el momento, o a lugares más confortables” destaca Lucía.

¿Tiene alguna relación el sexo vainilla con la falta de deseo y pasión?

Si bien el deseo sexual tiene dimensiones; para Jiménez ” la persona que desea, la persona a la que se desea, y la práctica o el qué se desea. Se puede desear mucho a alguien, pero no desearlo todo con esa persona. Se puede desear mucho una práctica, y que sea independiente de con quién. Es poco probable que termines en una sesión de BDSM si las ganas son pocas, porque la inversión de energía y recursos requerida es mayor. Pero también puedes terminar experimentando sexo kink para reanimar al deseo. El sexo vainilla ha cogido mala fama porque ahora lo interesante es ser un outsider, pero lo aburrido es tener que recurrir a prácticas que no casan contigo para sentirte aceptadx socialmente. No molas más por hacer orgías, molas por decidir que las orgías forman parte de la expresión de tu sexualidad y permitirte vivirlas”.

¿El sexo vainilla puede incluir juguetes eróticos?

Según explica Lucía Jiménez “Tal vez cuando el término surgió, los juguetes serían de lo más irreverente. Y ahora, en muchos contextos, es un elemento supercotidiano. Actualmente los juguetes están en la mayoría de los hogares, pero dentro de esa amplia categoría hay un sinfín de opciones. Un dildo de conejito probablemente sea más vainilla que un masturbador anal masculino”.

Sin embargo, Iroha ofrece otro enfoque: ” hay muchas opciones de juguetes eróticos que no entran en la categoría de BDSM. Hay juguetes que por su textura, forma, y utilidad pueden resultar perfectos cuando queremos empezar a usar juguetes eróticos sin llegar a un vibrador potente. Hay juguetes eróticos perfectos para todas las relaciones: juguetes para parejas, juguetes para mujeres, juguetes para hombres, para parejas, para grupos”.

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